Dedicatoria: Esta historia fue inspirada mientras jugaba un juego de roles con personas de distintas partes de mundo, cómo de la noche a la mañana pasé de ser al segunda al mando para convertirme en su Capitana, sólo que a diferencia de lo que pasó en realidad, agregué más drama y suspenso para hacerlo todavía más interesante, por eso, le dedico esta historia a todas esas personas que la vivieron conmigo:
A las 31 integrantes actuales de mi Gremio "MoonDance", a mi amiga, ria y a mis superiores del otro Gremio y a la vez mis amigas, la Capitana Mei, la Vicecapitana Lady Masacre y la Estratega MAGNUS.
MAGNUS, espero te encuentres bien y algún día regreses al otro Gremio, no alcancé a despedirme de ti, pero en este historia quedarás.
Si fuiste parte de esta historia y estás leyendo, advierto que no soy muy buena adaptando personalidades de otras personas a mis personajes, así que espero que el personaje que te represente sea fidedigno a ti o cumpla con tus espectativas.
Como son más de 30 personas las que hay que adaptar, lamento no escribirlas a todas ustedes... ahora sí, comencemos con nuestra historia...
Capítulo 1
KIARA
Despierto y miro a mis alrededores ¡¿Dónde estoy?! ¡¿Cómo llegué aquí?!
Estoy en una cama grande, con colchón doble, las almohadas están bordadas con hilo dorado, las sábanas son de color lila, mi color favorito, la cama tiene una cabecera de madera pesada en la dice mi edad y mi nombre con letras tan doradas y brillantes que me hace sospechar que es oro.
En la habitación hay otras 10 camas similares a la mía pero con otro color de sábanas, otros nombres y edades, en las que duermen otras 10 chicas de distintas edades que, no mucho tiempo después de mí, despiertan y se alteran.
Connie: ¿Mamá? ¿Papá? ¡Ah! ¿Dónde están?
Haylie: ¡¡¡¿Pero qué mierda?!!! ¡¿Quiénes son ustedes?! ¡¿Por qué estoy aquí?!
Y así, todas comienzan a gritar, llorar y acusarse mutuamente, yo las observo en silencio mientras analizo lo que dicen sus cabeceras y memorizo sus nombres, de todas, yo soy la mayor, hay algunas que tan sólo son unas niñas, todas estamos confundidas, aterradas y al parecer, en contra de nuestra voluntad.
Al ser la mayor decido hacerme la responsable, no tengo idea de cómo, no me considero una buena líder, pero ellas no saben eso, puede que sí me obedezcan y se tranquilicen, vale la pena intentarlo, llorar, gritar y acusarnos mutuamente no nos sacará de aquí.
Me levanto de mi cama y me hago en el centro de todas ellas para que puedan verme, inhalo y exhalo para calmarme y llenarme de determinación, adopto una personalidad apacible y cálida para ganarme su confianza.
Kiara: Chicas, por favor, hagan silencio, inhalen y exhalen lentamente para tranquilizarse y luego hablamos esto como las personas razonales que somos.
Se callan, algunas hacen lo que les dije para tranquilizarse y otras simplemente se quedan quietas en su cama, en silencio, asustadas y triste.
Kiara: Bien, así está mejor, seré honesta con ustedes, no sé cómo llegamos aquí ni porqué estamos aquí, pero al parecer todas estamos en la misma situación, discutir no nos llevara a ninguna parte, lo mejor será investigar la habitación y trabajar en equipo para salir aquí ¿De acuerdo?
Algunas dicen sí mientras que otras sólo asienten afirmativamente.
Observo la habitación, parece el cuarto de una princesa, como de la época medieval o como esos juegos de roles y magia, algo con es temática, los muebles, las cortinas, las decoraciones de espadas y armaduras, las puertas de madera rústica y las paredes de ladrillos grises, además de los pasillos.
Me acerco a la entrada de la habitación, trato de abrir la puerta, pero está cerrada y la cerradura es de esas antiguas de llave grande. Busco entre los muebles la llave, pero sólo encuentro ropa que parece ser de nuestra talla.
Muevo libros y cuadros para ver si es como en la ficción, si me encuentro alguna llave oculta o un pasadizo secreto, pero por el momento no encuentro nada.
Admiro el cuadro, parece pintado a óleo y en él está retratado un paisaje, parece ser una ventana de un castillo, no hay mucho que ver, sólo ladrillos grises, una ventana sin barrotes, con cortinas rojas semiabiertas y muestran un poco de la habitación de adentro, es muy parecida a la nuestra.
¿Y si es de esos juegos? Que te dan pista de lo que tienes que hacer para escaparte.
Me acerco al cuadro para verlo mejor y encontrar en él una pista, al estar más cerca noto dos cosas, una, es que arriba de la ventana cuelga un llave y otra es algo nuevo en la pintura, media silueta humana y... ¿Se parece a mí?
Me hago más a mi izquierda y la silueta crece... ¿Entonces sí soy yo?
Ignorando eso, mejor me concentro en ir a verificar lo de la llave, me acerco a la ventana, me doy cuenta que estamos en un tercer nivel y que hay más niveles. Miro hacia arriba y ahí está la llave.
Trato de alcanzarla y no puedo, soy muy bajita, me aterran las alturas y no creo tener la suficiente habilidad para llegar hasta ella, debo escalar pero no me animo.
Vuelvo con las chicas y le explico la situación.
Kiara: Arriba de la ventana hay una llave, pero no puedo alcanzarla.
Haylie: ¿Y...? ¿Pretendes que alguna de nosotras lo alcance?
Kiara: Bueno, no sé si alguna de ustedes podría alcanzarlo, sólo lo mencionaba, quizá podamos usar objetos para facilitarnos alcanzarla, seguiré revisando la habitación para ver si se me ocurre algo.
Sigo revisando la habitación y noto algo nuevo en una de las paredes, es una especie de cortina corrediza de madera ¿Eso estaba allí antes? Para este punto ya no me sorprendería que cosas aparezcan de la nada, nuestra situación actual no tiene sentido y, después de verme en vivo cómo un cuadro me añadía a su pintura, puedo inferir que existe la magia, al menos en este lugar.
La cortina corrediza es de madera de tonos claros, creo que es madera de abedul, son 11 tablillas, en cada tablilla están nuestros nombres pila y unos números al lado derecho con letras color café oscuro, los nombres están ordenados de mayor a menor según el orden de los números al lado del nombre:
Soledad: 1.2K
Haylie: 1.1K
Anyeli: 1K
Kiara: 1K
Ellie: 900
Lucía: 800
Vivian: 750
Sowie: 500
María: 250
Olivia: 100
Connie: 50
Kiara: Oigan, miren eso (les señalo la cortina).
Ellie: ¿S-son nuestro nombres...? ¿Eso significa que? no han estado vigilando todo este tiempo.
Me enconjo de hombros, no sabría afirmar o negar eso.
Me da curiosidad, la cortina no es muy alta, alcanzo la tablilla con mi nombre, la saco, tomo y admiro la fineza de su elaboración, le doy la vuelta y no hay nada escrito detrás de ella, la decido volver a colocarla en su lugar y pasa algo, todos nuestros nombres se iluniman y se extiende una cuerda hacia mí.
Sé que no debería hacer esto, pero la curiosodad que siento es tan grande, es como si me invitara a tirar de ella, siento que me llama de cierto modo y soy tan débil que no puedo evitarlo.
Le doy un tirón con ganas a la cuerda y todas las tablillas comienza a girar rápidamente a la vez que van cambiando de posición, como si estuvieran dejándole algo a la suerte... ¡Oh no! Creo que no debí hacer eso... ¡¿Y si está eligiendo a quién de nosotras van a matar?! Le suplico al cielo que no sea eso.
Poco a poco, las tablillas terminan de reorganizarse, siguen girando, sólo que ahora desde su mismo lugar sin cambiar de posición.
Finalmente se detiene, mostrando su dorso, ya no está vacío, tiene grabada en color negro la palabra "Miembro", todas excepto una en letras rojas que dice "Capitana".
¡Uff! ¡Me alegra no haber matado a nadie!
Vuelvo la vista al grupo, todas están horrorizadas, nadie quiere llevar tal responsabilida, dudo mucho que alguien más tenga el valor de tomar las tablillas, así que decido hacerlo yo.
Sin mirar el nombre de atrás, saco la tablilla y me coloco frente a las chicas, me preparo para darle la vuelta y que todas descubramos quién es la Capitana al mismo tiempo.
Le doy la vuelta y revelo el nombre de nuestra lidereza... ¡Es:
[Para descubrilo, estate pendiente al próximo capítulo]
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